• Con olor a pasto
  • Vindicación de la Burocracia

Atanor

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Archivos de etiqueta: burocracia

lingua franca (edición beta)

25 martes Ene 2011

Posted by Edgar Sandoval Gutiérrez in Anécdotas, Literatura, reflexiones

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burocracia, lenguaje

Marcelino González observó su reloj y suspiró aliviado. Había llegado al lugar de la reunión 15 minutos antes de que iniciara. Tomó asiento y empezó a mover las manos continuamente. La ocasión era especial: se trataba de su primer evento como trabajador del Gobierno Central.

Luego de graduarse con honores en una prestigiosa universidad privada y trabajar un tiempo en el departamento de ventas de una empresa pequeña, había ingresado a la Dirección General de Asuntos Intrascendentes a través del Servicio de Ingreso Meritorio Periódico y Legítimo del Estado (SIMPLE), que era la vía más corta para asegurar una carrera en el servicio público. Su nuevo puesto de Subdirector Adjunto de Seguimiento y Apoyo al Buen Cauce de las Relaciones Públicas Institucionales, ganado con el más alto puntaje en el SIMPLE, le obligaba a asistir a la reunión del día de hoy: su primera como empleado de gobierno.

Comenzó a sentir una ligera humedad en sus manos. Sostenía con fuerza unas tarjetas con notas en perfecto orden y desglose sobre los puntos a tratar en la reunión.

Tres días antes su jefe, el ingeniero Lamadrid, lo había citado en su oficina para anunciarle de la reunión y de lo que se pretendía lograr en ésta. -El propósito de la reunión es presentar el Programa de Calidad Absoluta en los Servicios, que está emprendiendo la Dirección General para ser aplicada en la Secretaría de Acciones Redundantes en su conjunto- sentenció el ingeniero. Marcelino se sintió tranquilo porque el tema de la Calidad le era muy conocido por lo que hacía en su anterior trabajo. -No se preocupe, ingeniero, creo que con una sencilla explicación de nuestra filosofía de calidad los asistentes comenzarán a ver las ventajas de nuestra propuesta y van a asumir una actitud proactiva ante el Programa-, respondió emocionado.

El ingeniero sonrió discreta pero irónicamente. Había visto pasar a muchos jóvenes impetuosos como éste y conocía perfectamente el destino final de tanto optimismo. -lo importante, González, es que entiendan que el Programa se encuentra entre las más altas prioridades del señor Secretario. Los logros que de él emanen serán de la mayor importancia para el desarrollo del sector- remató Lamadrid. Marcelino asintió al instante, pero casi no entendió lo que le decía su jefe. Le resultaba un poco ambiguo y adornado el lenguaje que utilizaba, pero le había quedado claro que el Programa era importante y que había que defenderlo. Sintió un nudo en el estómago ahora que sabía de la importancia de la reunión.

La noche anterior casi no pudo dormir. Preparó apuntes sobre los aspectos más relevantes del tema. Buscó una y otra vez la mejor forma de resaltar las bondades del programa. También intentó que aquellos aspectos que aun no estaban consolidados no dieran la impresión de que no había una idea clara de lo que se quería lograr.

Ya cerca de las dos de la mañana y vencido por el cansancio, más que por el sueño, decidió ir un rato a la cama a recostarse. No dejaba de darle vueltas a lo que le había dicho su jefe sobre la importancia de la reunión. Era su oportunidad para comenzar de forma brillante su carrera en el sector público y no pensaba desperdiciarla. Cerró los ojos y volvió a abrirlos hasta que el despertador gritaba la hora desesperado.

A 10 minutos del inicio de la reunión sus tarjetas ya estaban arrugadas. -Tranquilízate- se repitió un par de veces. Una persona del área de sistemas lo abordó: -ya está todo listo para la proyección, jefe-. Marcelino agradeció brevemente. entró a la sala y respiró tan fuerte como pudo. Cerró los ojos y apretó los puños muy fuerte. Soltó una gran bocanada. Sintió algo de alivio. Estaba listo para comenzar con esto.

En 15 minutos la sala estaba repleta de mujeres y hombres que hablaban por teléfono sin parar o platicaban entre sí. Se oían risas por doquier e incluso alguno de ellos sacó una bolsa con frituras que comenzó a distribuir entre los presentes. Marcelino no pudo evitar sentir un poco apretada la corbata. Carraspeó y abrió la boca. -Ya vamos a empezar la reunión-dijo en voz excesivamente baja. Ninguna reacción. Levantó más la voz y esta vez el ruido comenzó a extinguirse lentamente. De pronto todas las miradas estaban puestas sobre él, como observando un objeto nuevo que acaba de ser puesto en exhibición en un museo.

 Marcelino esperó 5 segundos y comenzó su exposición de forma detallada. Durante este lapso, buscó infructuosamente identificar alguna señal de aprobación o desaprobación de parte de los presentes, alguna coordenada de su desempeño como expositor…ni una sola señal.

Concluyó con la presentacion y sólo podía sentir un profundo hueco estomacal. Lentamente lanzó la frase que estaba buscando evitar desde el principio.-¿Tienen alguna duda o inquietud?- lanzó finalmente.

Una mujer con rostro de orgasmo formado en la fila de la Ventanilla de Trámites levantó la mano. El muchacho la invitó a participar con un movimiento de su mano. -Nos dices que existirá un proceso de seguimiento de las acciones luego del cual se procederá conforme a la normatividad vigente para llevar a cabo lo conducente en materia de penalizaciones y mejoras, pero quisiera saber si las medidas resultantes conducirán a una reduccción líquida en nuestra programación presupuestal.

Marcelino estaba impávido. Buscaba dibujar una idea que le sirviera para entender los sonidos que acababa de escuchar, pero simplemente no lo lograba ¿en qué momento había dicho todo eso? -ehmm-intentó articular el muchacho. Lo interrumpió otra voz. Era un señor ya entrado en los 50 y gordo. Si la tasa de homicidios tuviera rostro seguro sería la de este personaje.

-Además no queda claro el procedimiento para solventar las recomendaciones en tiempo y forma-, complementó. -¿tiempo para qué? ¿en forma significa qué te vas a poner a hacer ejercicio?- pensó Marcelino fugazmente.

-¿Y cómo daremos cumplimiento al acuerdo 3581?, ¿Es compatible esta metodología con los dictámenes del manual de procedimientos administrativos?, ¿Cómo se conciliará la cuenta de gasto no programable con las inversiones que se realizarán para el proceso de mejora?…una tras otra las preguntas lo golpeaban sin que pudiera articular más de dos palabras juntas. Estaba a un segundo de salir huyendo del lugar, cuando de pronto recordó el encargo de su jefe.

Levantó la voz tanto como pudo y esta vez lo hizo con un tono enérgico. -¡Compañeros, por favor, no podemos avanzar así!-. La muchedumbre enmudeció de repente. Marcelino tomó aire nuevamente y repitió exactas aquellas palabras mágicas. -El Programa se encuentra entre las más altas prioridades del señor Secretario. Los logros que de él emanen serán de la mayor importancia para el desarrollo del sector-.

Silencio total primero y luego rostros de aprobación por todos lados ¿en verdad era tan sencillo obtener esta respuesta?, se cuestionó el muchacho. No quería parar ahí. Repasó rápidamente algunas otras palabras extrañas que hubiera escuchado de su jefe. Se aventuró a hilar algunas para ver si resultaban.

-También es importante que sepan que los esfuerzos de la DGAI están encaminados al pleno cumplimiento de nuestro compromiso con el ciudadano, sin descuidar lo que la legislación aplicable nos insta a realizar-. Exclamaciones de alegría comenzaron a repartirse por el ambiente. De pronto las sonrisas y las palmaditas en la espalda no se hicieron esperar.

Maarcelino estaba decidido a llevar esto hasta sus últimas consecuencias. Escogió cuidadosamente algunas palabras clave mientras el público comentaba jubiloso su mensaje.

-Para terminar, quiero señalarles que las acciones que se realicen en el marco de esta estrategia forman parte de la reforma administrativa aun pendiente en nuestro país. El señor secretario me encargó que les reafirmara la alta estima en que tiene a cada uno de ustedes. Él sabe que los esfuerzos que emprendan serán de la mayor trascendencia. Muchas gracias-. Explosión de gritos y exclamaciones por doquier. Los asistentes levantaron en hombros a Marcelino y lo transportaron por todo el pasillo gritando su nombre. El muchacho se desbordaba en emoción también…

Un par de horas después llegó a la DGAI. Su jefe, todavía a la expectativa, lo mandó llamar. Marcelino entró a la oficina del ingeniero Lamadrid aun con la sonrisa tatuada.-¿Cómo salió todo en la reunión, González?-. -Excelente, ingeniero. Los objetivos que nos habíamos trazado fueron alcanzados satisfactoriamente y el personal adscrito a esta Secretaría ha hecho suyos los principios y objetivos del programa-, concluyó.

Lamadrid contuvo la respiración por un instante, incrédulo. Le dio una palmadita en la espalda y sonrió satisfecho. El muchacho en verdad que tenía un prominente futuro.

En alcance al oficio (edición beta)

27 martes Abr 2010

Posted by Edgar Sandoval Gutiérrez in Anécdotas, Literatura

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burocracia, oficio

La versión actualizada de este cuento la puedes leer aquí

Foto: Jan Banning

-¡Todas las semanas deberían empezar así!- piensa Jose Antonio. Lo mejor que pudo haberle pasado es haber entrado a realizar su Servicio Social a la Dirección General de Asuntos Intrascendentes. Al ser su tío un amigo cercano del Lic. José Luis Sanchez Solá, Director General, Toño es ahora su asistente.

No obstante, ese no es el principal motivo de alegría del muchacho. Lo es el hecho de compartir oficina con Paty, secretaría del Lic. Sanchez, de 28 años, soltera y poseedora de un par de piernas que cualquier representante de futbol estaría promocionando sin cobrar honorarios.

Particularmente hoy, Paty ha elegido para su atuendo un pantalón que glorifica sus virtudes. Jose Antonio no puede hacer otra cosa que celebrar el hecho con firmeza. Sobre todo al sur de su cinturón hay regocijo.

Paty además goza de una voz sensual y dulce. Aun cuando le pide a Jose Antonio que le preste un lápiz, el muchacho experimenta tormentas en su cuerpo. Hoy la mujer ha estado platicando toda la mañana sentada en el escritorio de Toño. El perfume que su cuerpo desprende tiene al muchacho totalmente hipnotizado. La rigidez entre sus piernas comienza a volverse insoportable.

Ha comenzado a imaginarla desnuda, apoyando su senos sobre el escritorio, mientras muestra a Jose Antonio sus maravillosas nalgas. En sus labios se asoma una prisa… tal vez la de engullir cada cacho de piel del muchacho. Su mirada insiste en invitarlo a recorrerla con los ojos, a mirar esa curvatura que se arquea frente a ellos. Toño no puede más con tanta excitación.

De pronto, se ve forzando a salir del trance. Paty, quien continúa con la charla, le ha tocado el brazo accidentalmente y el muchacho ha sentido esa fatídica lluvia que se desborda sin control en la entrepierna. Se siente abochornado pero no puede moverse.

Prácticamente en ese instante, el Lic. Sanchez Solá ha salido de su oficina. Paty se pone de pié y regresa a su escritorio. Para el licenciado esta reacción ha pasado inadvertida. Su foco de atención está centrado en el muchacho.

-Toño, nos urge enviar el alcance al oficio de ayer con los formatos de prellenado para el Programa Operativo Anual del año próxmo. Tienes 10 minutos para hacerlo-. -Sí licenciado- responde aun confundido José Antonio.

Paty, apenada, ofrece ayuda a Toño. Éste le dice que él redactará el alcance y que ella le ayude con las impresiones y el envío. Es la forma más rápida que se le ha ocurrido para evitar ser descubierto en esta humedad bochornosa y parece haber funcionado.

Veinte minutos después, el alcance y los paquetes anexos parten rumbo la oficina del Dr. Ignacio Trelles, Secretario de Acciones Redundantes, que ha solicitado los formatos para su revisión. Por la tarde han llegado a su oficina y decide revisarlos rápidamente. Comienza por la hoja que explica el envío:

En alcance al oficio DGAI031945-76, donde se indica la importancia que ,para la oficina que usted dignamente representa, tiene el llenado en tiempo y forma de los diferentes componentes presupuestales que nutrirán las estrategias de gasto para el ejercicio fiscal correspondiente al siguiente año, me permito enviarle a usted la propuesta de formato de prellenado para el Programa Operativo Anual.

De contar con su visto bueno, puede usted distribuirlos a la brevedad, a través de quien usted designe para tal encargo, toda vez que le he enviado también las copias correspondientes para cada Unidad Administrativa. Envió 15 tantos debidamente sellados y lubricados.

Sin otro particular por el momento, aprovecho para enviarle un cordial saludo.

Lic. José Luis Sanchez Solá

El Dr. Treyes revisó tres veces el final del segundo párrafo. Soltó una carcajada estruendosa después de la tercera. -¡Pinche Chelis, en qué estará pensando!- sentenció.

 

Burotismo (edición beta)

04 jueves Feb 2010

Posted by Edgar Sandoval Gutiérrez in erotismo, Literatura

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burocracia, erotismo

Tamara entró al salón enfundada en su habitual traje sastre de los lunes. Estaba algo nerviosa. La Dirección General de Asuntos Intrascendentes (DGAI) para la cual trabajaba sería la encargada de coordinar el proyecto que el señor Secretario de Acciones Redundantes, del cual dependía la DGAI, consideraba como el de mayor prioridad en su gestión. Ella había sido elegida para presentar la iniciativa ante los Directores Generales de la SAR y para garantizar que las diferentes acciones contribuyeran con el logro de las metas del proyecto.

El lugar estaba prácticamente lleno, en su mayoría de hombres que dominaban los puestos de alta responsabilidad en la dependencia. Una tímida gota de sudor pretendió desprenderse de su frente, pero Tamara la aniquiló al instante, ayudada por un pañuelo. Su respiración se volvió más rápida. Tomó asiento -junto con el resto de asistentes- y acercó el micrófono a su boca recién humedecida por un sorbo de agua.

-Buenos días- dijo en forma entrecortada. Carraspeó un poco y continuó. -A nombre del Dr. Ignacio Trelles, Secretario de Acciones Redundantes les doy la bienvenida a esta reunión. El señor Secretario desea que los acuerdos que emanen de esta reunión contribuyan de forma decidida con el éxito de este proyecto-.

Al escucharse con tan decididas palabras comenzó a sentirse más segura. Aun tenía un poco seca la boca, pero Tamara sabía que podía conducir la reunión. Con voz firme dedicó los siguientes 20 minutos a explicar las principales estrategias y acciones del proyecto. Luego de un cierre afortunado de la presentación, acompañado de una broma que fue aplaudida por los presentes, abrió un espacio para preguntas y aclaración de dudas.

El licenciado López, Director Ejecutivo de Planes y Programas Rimbombantes tomó la inciativa. -A mi me gustaría saber cómo nos va a afectar financieramente a las diferentes Unidades Responsables el movimiento de recursos que vamos a efectuar para el logro de estas metas que usted acaba de exponer, licenciada-.

Tamara sintió un cosquilleo ligero en todo el cuerpo. El tema financiero era su especialidad y sintió que todos los funcionarios presentes estaban momentáneamente en sus manos, llenos de incertidumbre. Comenzó a sentirse sexy. Su boca estaba más hidratada que nunca y lista para distribuir palabras a placer. Mordisqueó ligeramente sus labios y comenzó la explicación.

-Su pregunta es completamente relevante, licenciado- dijo en un tono mucho más dulce y sensual. -Le explico y a los demás les pido que tomen nota también- sonrió ligeramente sin perder esta vocación dirigente que acababa de descubrir. -Los recursos los vamos a concentrar en la DGAI. Son recursos que vienen del Ramo 69- hizo una pausa de algunos segundos para sentir cómo la piel de su espalda se contraía lentamente. La humedad de su boca comenzó a manifestarse aleatoriamente en su cuerpo.

-La disminución presupuestaria se hará con cargo al capítulo doble..emmm al capítulo dos- sintió una nueva contracción de la piel a ambos lados del esternón. Luego un endurecimiento a izquierda y derecha que le provocaba un leve dolor y una cosquilla que se extendía hasta sus rodillas. Era como un pellizco constante pero ligero. Pasó saliva con un poco de trabajo.

Sudaba ya, ligeramente. Todos los presentes, enfundados en sus trajes la seguían atentos, como hipnotizados. Hubieran sido capaces de pararse en un pie y acomodarse la corbata en la frente si esta mujer se los hubiera pedido. Al pensarlo, Tamara iba sintiendo pequeños calambres en todo su cuerpo. No podía evitar disfrutar excesivamente esta dictadura transitoria que le había sido conferida en la sala de juntas.

Continuó con la explicación. -Recuerden que todas sus acciones deberán estar alineadas con la estructura programática ya concertada en el Programa Operativo-. Tuvo que dejar de hablar y apoyar su mano en la mesa. Las piernas le temblaban y su respiración estaba lista para competir en cien metros planos. Jamás había tenido sensaciones como éstas. Decidió llevar las cosas al límite.

-Finalmente, quiero comentarles que la afectación líquida de sus proyectos se hará sobre la partida 4000- ni bien terminó de decirlo, una prisa se le amotinó bajo la cintura. Sus rodillas intentaron tocarse sin éxito. Una lluvia muy al sur se le escapó hasta formar un océano en el suelo.

Emitió un pequeño gruñido, casi imperceptible. Una sensación cálida invadió su cabeza y sus oídos se llenaron de vacío. alcanzó a girar los ojos hacia arriba, donde se mantuvieron lo siguientes 83 segundos. Luego, volvió a sentir su cuerpo. Pasó saliva y volteó a ver a los presentes. Todos escribían obedientes las instrucciones que acababa de dar. Respiró tranquila.

Tamara invitó a la concurrencia a hacerle más preguntas pero no obtuvo respuesta. Seguían en trance. Agradeció su asistencia y se despidió de mano de cada uno. No podía borrar su sonrisa. Salió de la sala y se dirigió a su oficina. La cerró con llave y se acomodó en su silla. Cerró los ojos y comenzó a respirar tranquila. Tenía semanas sin poder conciliar el sueño como ahora.

Para mayores datos

26 martes May 2009

Posted by Edgar Valdés in Anécdotas, Ilustración, reflexiones

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burocracia, infografia

burocracia

Nota: Apoyo visual para el último artículo de mi tocayo, amigo, colega y cómplice de esta aventura atanoriana.

Al fin, un poco de aire

26 martes May 2009

Posted by Edgar Sandoval Gutiérrez in Anécdotas

≈ 7 comentarios

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bomberazo, burocracia, oficina, ventanilla

Por fin!!!… han sido 3 semanas de locura pero parece que la cosa va amainando. Muchos de nuestros lectores (que no son muchos pero hacen mucha presencia) no han de estar enterados, pero me dedico a la inquietante profesión de burócrata.

Existen en la clasificación burocrática diferentes tipos de feligreses: los hay «de ventanilla», que atienden directamente al público que utiliza servicios del gobierno o paga derechos. De entre éstos se pueden identificar dos subespecies: los descarados y los frustrados.

Los primeros son clásicos. Están representados por la típica señora que mastica un chicle mientras te atiende y siempre te dice que lo que quieres no se puede, que tu formato está incompleto o de plano te ve con cara de fastidio.

Los segundos son aquellos que buscan hacer eficientemente su trabajo y mostrar siempre una buena cara, pero la mayor parte de las veces se enfrentan a usuarios furibundos a los que no pueden darles soluciones satisfactorias porque saben que ella/él no tienen poder de decisión sobre nada y que lo que menos se puede encontrar en la burocracia es libertad para decidir e innovar. Después de un tiempo, si no practican alguna técnica de meditación es probable que terminen frustrados.

Hace algunos años fui burócrata de ventanilla y puedo decir que nada forja más el caracter y la paciencia que tener ese tipo de empleo.

Otro de los miembros de la burocracia es el «de oficina». Este subtipo tiene  que lidiar, más que con usuarios, con números, oficios, memorandums y toda suerte de monstruos emanados de la actividad que desempeña. Este sujeto, al igual que el de ventanilla, tiene un horario fijo y responsabilidades bien marcadas, aunque con una cierta capacidad de toma de decisiones. Los hay también de dos tipos: el reglamentario y el trabajólico.

El primero cumple estrictamente con las reglas y no hace más allá de lo que se le pide. Tampoco llega media hora antes ni se va dos horas después. Su tiempo y sus responsabilidades de trabajo son inamovibles.

El segundo suele odiar su vida familiar o no tenerla y busca cualquier excusa para quedarse en la oficina. Constantemente busca nuevas tareas que lo mantengan ocupado y lo liberen de la bendita experiencia de pensar.

Recién salido de la carrera, me tocó trabajar también en este tipo de clan burocrático y debo decir que me divertí bastante.

Lo que nunca imaginé fue pertenecer a un tercer tipo de burócrata: el que atiende bomberazos (en la administración pública se le denomina bomberazo a una emergencia, puesto que eso es lo que atienden los bomberos).

El bombero burocrático puede llegar a tener amplia libertad para las decisiones, pero también puede verla sumamente limitada. Debe atender sus asuntos con suma rapidez y no tiene un horario definido. Puede pasar horas enteras sin ocupación alguna (gracias a eso tengo espacio para escribir algunos de mis posts) pero de repente llega la emergencia y hay que dedicar exhaustivos esfuerzos a la tarea súbita e incluso robarle horas valiosas al sueño.

Aquí también encontramos dos subtipos: el budista y el muerto. El primero es aquel que ha aprendido que la emergencia pasará. Se dedica a atenderla sin que eso afecte su salud mental. El segundo es el que eventualmente saldrá en camilla con un infarto encima.

Debo decir que con el tiempo he aprendido a ser un ferviente budista. Fuera de los momentos bomberiles se tiene mucho tiempo para aprender. Sólo que estas tres últimas semanas estuvieron repletas de informes sobre la influenza, reuniones interminables, avances de informes de gobierno, egos y necedades de los jefes, etc.

Reconozco que esta caracterización burocrática resulta extrema. Conozco a muchos burócratas que disfrutan su trabajo y lo desempeñan de forma creativa (aunque no siempre, yo también me cuento entre ellos). Digamos que este escrito era una excusa para anunciarles que ha pasado la tormenta y que empezaré a postear más seguido. Saludos.

Alquimista & Errante

Edgar Sandoval Gutiérrez

Alquimista & Nihilista

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