Etiquetas
depresion, diagnostico, neurosis, personalidad, sicosis, trastorno
Es común en estos días escuchar a muchas personas «diagnosticar» rasgos y/o trastornos de la personalidad, con gran naturalidad y sobre todo sin cuidado y/o sin entender totalmente el significado de lo que están diciendo (aparte, casi siempre son más evidentes los de la gente que nos rodea; como nuestra pareja, hermanos, jefe, alumnos, etc., que los propios, sabrá Dios por que motivo), y que además los usen para etiquetar al prójimo sin empacho.
Es muy sencillo escuchar por ahí, en muchos lugares ajenos la práctica clínica, que si hubo una psicosis colectiva, que si aquel es un histérico, o neurótico, o que tiene una depresión, que es algo paranoico o incluso que es bipolar (este último parece ser el de moda debido a los medios masivos de incomunicación, a la difusión de nuestra caja de fantasías dirigidas llamada comúnmente televisión).
Usamos estas definiciones con la mayor soltura y cotidianidad… ¿y por que insisto en esto? Por que no son pocas las ocasiones en que llega gente angustiada a sesión porque le diagnosticaron «silvestremente». Y aunque sé que no todos somos susceptibles a la crítica u opinión de los demás, no tenemos en cuenta el impacto y la huella que pueden dejar nuestras palabras, a nivel inconsciente en la persona.
Pero… ¿Por qué usarlos? Existen varias opciones para poder responder a esta pregunta, por ejemplo, puede servir para justificar (No aprende por que tiene TDA, un trastorno de déficit de atención y yo nada puedo hacer) y no pensar en como puedo cambiar mi forma de tratarlo, me rindo antes de tiempo, por que a fin de cuentas es caso perdido.
En otras ocasiones, si yo no entiendo el porque de las reacciones de una persona hacia mí, inconscientemente tengo que encontrar una respuesta (¡Es que es un histérico!), ya que mientras más indefinido esté el panorama, más me angustio, por lo tanto el «diagnosticarlo» me ayuda a manejarme mejor con esa persona.
El problema se encuentra en el «etiquetar» a la persona, sin tener los elementos suficientes para poder sustentarlo. La importancia de emitir un buen diagnóstico reside en que es nuestro punto de partida para el tratamiento de elección terapéutico, que dará solución a las problemáticas que se presentan.
Creo que debemos tener la suficiente empatía y madurez para ponderar nuestras palabras y entender lo que podemos hacer sentir a los demás, porque algún día podemos estar en su lugar…
Edgar Sandoval Gutiérrez dijo:
Me parece que, por un lado, la masificación de las ciencias ha traido como efecto no previsto justamente el que muchos conceptos, al popularizarse, se trivializaran e incluso se tergiversaran… por otro lado, emitir diagnósticos a la ligera es peligroso… porque la picología trata con una materia prima muy particular: las personas!! y todo diagnóstico mal realizado puede tener graves consecuencias… mucho más si ese diagnóstico lo hace alguien que no tiene la preparación adecuada… y sin embargo, cuantos de nosotros no hemos caído en la recomendación fácil… me pusiste a pensar mucho al respecto… de nuevo, muy buen post.
Dario dijo:
Pues tienes mucha razón en lo que dices, pero si de por sí es bastante malo que cualquier maestra se sienta con las facultades necesarias para diagnosticar a un niño como hiperactivo (que es lo más común que me ha tocado encontrar), me parece todavia peor que algunos profesionales de la salud, en especial los psiquiatras(aclaro que algunos, no todos) que estan perfectamente capacitados para diagnosticar, se aprovechen de eso y reduzcan a las personas a meros objetos a los cuales se les pone una etiqueta, se les da un medicamento y alguna que otra terapia y ya y nunca se toma en cuenta ni se valora su subjetividad… pero en fin, esto es a lo que tenemos que enfrentarnos… me gusto mucho el post
Noemi dijo:
esta muy interesante esto!!!! me gusto mucho
paty dijo:
me parecio muy interesante el post porque el etiquetar a las personas es muy común y destructivo en lugar de una crítica seria y constructiva se agrede con algo que se desconoce porque no se tiene el conocimiento científico que sirve al profesional para el diagnóstico y pronóstico de la enfermedad y para ver que técnica aplicar. Los mécanismos de defensa, la causalidad, el desarrollo de la enfermedad,para eso nos sirve un diagnóstico que incluso el paciente ignora hasta que el mismo se interese en saber.
Profe dijo:
Me gustó el Artículo. Es iportante que se siga sobre el tema, debido a que existe mucho sentido común entre profesionistas de la salud (más entre los de la salud mental). El que se escriba al respecto por cualquier medio, implica que hay que ir dando sustento emipírico y teórico a problemas como este.