Hooky era adicto a los limones gigantes de la villa de Sandosti; sentía que volaba cada vez que se metía una dosis directo al cerebro.
No distinguía las calles y cruzaba peligrosamente las avenidas, riéndose frente a los bancos y edificios del ayuntamiento.
Alucinaba con robots de formas primitivas; soñaba en blanco y negro. Los limones que consumía eran tan ácidos que le disolvían la zona que regulaba los colores.
En su pobre imaginación sólo había monstruos negros y limones amarillos; el infinito azul del cielo interrumpido por nubarrones muy básicos.
Hooky reía; se dopaba y reía. El mundo era redondo como un limón exquisito.
A veces se aburría un poco y se iba de putas; ahora necesitaba una doble ración para calmar el temblor de sus manos. Nada lo detenía. Orinaba en los buzones del correo.
El mundo era un lugar absurdo. La abstinencia le mataba, su barra amarilla de limoncitos se agotaba; Hooky luchaba contra su adicción incontrolable.
El dealer tenía para todos; la calma volvía.
Despertaba muy lejos despúes de una dosis. Tenía que volver a presentarse porque no se acordaba de nadie. Los vecinos del lugar le miraban desde lejos, sin atreverse a conversar con él.
Traficaba limones de forma ilegal; asaltaba con su banda a los veleros mercantes que transportaban su amada mercancía.
Después de agotar de golpe la mercancía en orgías indecibles, empezaban a ver de nuevo los monstruos negros gigantes; la visión era compartida.
Atrapaban delfines y jugaban a ver quién los lanzaba más alto. Estaban perdidos.
Ahora Hooky vendía limones ilegales a los adictos del muelle. Le vendía hasta a los niños.
Comprendió que había llegado muy lejos; decidió internarse.
Enfrentar sus demonios.
Ahora está limpio; no más limones aciditos nublando su entendimiento. Ahora es un perro feliz. Suerte que su dueño nunca lo abandonó.
El «cuento» está basado en las imágenes del juego on-line Hooky, divertido, simpático y muy bien dibujado. Dénse la vuelta si andan de ociosos como yo.
Hooky Interactive, buen proyecto en la red.
Edgar Sandoval Gutiérrez dijo:
Muy pacheca la historia, pero divertida al fin, jejeje
diasperdidos dijo:
Interesante historieta !
Con mas tiempo me leere tu novela en entregas.
En cuanto a Plastic Logic, si creo que con un tiempo y con mejoras sera un dipositivo alucinante.
Ya que tu escribes, yo tambien te invito a que leas mis posteos anteriores, donde tengo muchos escritos, la mayoria son basura pero algunos son interesantes.
Edgar Valdés dijo:
Gracias por los comentarios, diasperdidos, prometo seguir visitando tu blog. Un saludo.
cautivador dijo:
Definitivamente quiero ser como Hooky antes de que se enfrentara a sus demonios. Lo de después, el final ese que trata de ser feliz pero no lo es… Triste, muy triste. Qué cabronada darse de bruces con la realidad para descubrir que tiene amo, nada menos. Pobre Hooky. Además, ¿quién carajo puede vivir sin demonios?
Edgar Valdés dijo:
Cautivador: gracias por tu comentarios.
Eso de tener amos es desagradable, estoy de acuerdo contigo.
Bru_Kuref dijo:
He jugado y me ha dado tanta risa la musica y todo, tiraba limones a diesta y siniestra!! ojojojojo
Me he encontrado con sorpresa al ver que escribes, leere algo por aquí. Me gustan los cuentos, quizas algun dia me atreva a escribir una novela.
dejo saludos en sendas de vientos.
Att.
Edgar Valdés dijo:
Bru_Kuref, sin saber quién eres, te agradezco los comentarios. Un saludo también para ti, y hoy me paso a dar una vuelta por tu bitácora eólica.